Mari
Mari es afable y divertida a rabiar, y es de esas mujeres bravas gallegas a las que le gusta llamar a las cosas por su nombre y que echa para adelante con el que sea. Es de Negreira.  Fue madre por elección propia de una niña en el año 2008, que ya se convertió en una adolescente. A pesar de las dificultades para conciliar que tanto le pesaron a veces, como ella misma dice todo vale la pena porque : «El primer día que abracé y besé mi hija fue el día más feliz de mi vida, pues fue muy buscada, esperada y muy querida.»
Compagina su trabajo como administrativa con su afición por el teatro amateur, y forma parte de FAGAMOS desde sus inicios. Lucha por alcanzar ese reconocimiento que precisamos las familias monomarentales, por su visibilidad y sobre todo por que se produzca un cambio donde ella se siente más desprotegida: en la Administración.